La tregua de Noche Buena (I Guerra Mundial)

Debido al fuerte invierno de 1914, la Primera Guerra Mundial se encontraba estancada. Los contrincantes se ocultaban en sus frías y anegadas trincheras que se extendían desde el Canal de la Mancha hasta la frontera suiza.
Por la topografía y estrategia que se manejaba en esta guerra, los espacios que separaban a las trincheras rivales eran llamados «tierra de nadie», un terreno demasiado letal para cruzarlo y que además siempre estaban llenos de cadáveres de soldados caídos en batalla. Como en la mayoría de casos las trincheras enfrentadas se encontraban a escasos metros de distancia, ambos ejércitos pactaban de vez en cuando pequeñas treguas para poder recoger y enterrar a sus soldados.
Bajo estas condiciones tuvo lugar la Batalla de Ypres, en Bélgica.

Al estar a tan corta distancia, existía cierta comunicación entre los contendientes ya que muchos alemanes habían trabajado antes de la guerra en Gran Bretaña y sabían hablar inglés, así que algunas veces de una trinchera a otra se intercambiaban algunas frases. Hasta había momentos en que los soldados ingleses se ponía a cantar, y los alemanes les respondían con otra canción, generándose así un extraño sentimiento de cómplice camaradería que se rompía cada vez que iniciaban los disparos.

En la víspera de Navidad de 1914, el ejército británico envío este mensaje a todas sus unidades:

«Es posible que el enemigo realice algún ataque durante la Navidad o Año Nuevo. Mantener especial vigilancia durante este tiempo»

En realidad el temor británico no se debía a un posible ataque, sino a que se diesen muestras de fraternidad por parte de ambos bandos justamente en esta fecha.
Durante el día 24 se habían realizado algunos disparos y se había escuchado algún proyectil de artillería, pero a medida que la noche se acercaba el silencio se apoderó de todos. Era un silencio extraño, irreal e inimaginable en medio de una guerra y con el enemigo a pocos metros.
Antes de oscurecer, los alemanes instalaron pequeños árboles decorados con luces de colores en sus trincheras.

Los británicos desde sus posiciones veían como la línea del frente alemán se iba llenando de cientos de lucecitas de colores. Atónitos al ver las luces creyeron que se preparaba el anunciado ataque por sorpresa. Estaban equivocados.

Más tarde escucharon que los soldados alemanes cantaban «Stille Nacht, heilige Nacht…» y al asomar sus cabezas los vieron reunidos alrededor de los árboles.
Sorprendidos aplaudieron con entusiasmo y para romper la tensión ellos empezaron a cantar su «The First Noel, the angel did say …»
Al final británicos y alemanes terminaron cantando juntos, cada uno desde su trinchera y con sus armas cargadas y apuntando.

En muchos sitios de la línea de combate la tregua comenzó con un simple: “ven a escucharnos” desde el un bando, y con un: «no, sal tu primero» del otro bando. En otros puntos ya soldados de ambos ejércitos habían salido de mutuo acuerdo a esa zona neutral.

Primero fueron unos pocos y luego los soldados iban saliendo en grupos de sus trincheras hacia la «tierra de nadie» para estrechar la mano de sus enemigos y desearles una Felíz Navidad.

La mayoría de los encuentros consistieron en estrecharse las manos, conocerse un poco, mostrar fotografías de la familia e intercambiar tabaco y botones de recuerdo de sus uniformes, pero el episodio más sorprendente y legendario fue el partido de fútbol que se jugó en campo neutral entre soldados británicos y alemanes, y que según varios testimonios tuvo lugar en el sector de Frelinghein-Houplines cerca de Armentieres. Después de intercambiar cigarrillos, un soldado escocés apareció con un balón de fútbol y en pocos minutos cada bando hizo las porterías con sus gorras. El terreno resultó apropiado para jugar porque debido al frío, el barro se había congelado y el suelo estaba duro. El partido duró apenas una hora hasta que uno de los comandantes tuvo conocimiento del hecho y mandó a parar el partido.

En general la tregua terminó de forma parecida a como había empezado, por mutuo acuerdo. El capitán Stockwell de los Royal Welsh Fusiliers cuenta en sus memorias:
«Hacia mucho frío. A las 8.30 de la mañana, disparé tres tiros al aire y saqué una bandera que llevaba escrito «Feliz Navidad», salté del parapeto. El capitán alemán sacó una camisa en donde estaba escrito «Gracias» y saltó fuera del parapeto, nos saludamos respectivamente y saltamos dentro de nuestras trincheras, entonces él disparó dos tiros al aire y la guerra continuó…»

Para que hechos como éste no vuelvan a suceder, los altos mandos ordenaron bombardeos en la víspera de Navidad durante los tres siguientes años que duró la guerra, y así asegurarse de que las tropas no fraternicen con el enemigo.

La noticia de esta tregua fue censurada, las cartas de los soldados que contaban esta anécdota fueron destruidas y la información que llegó a los periódicos británicos fue filtrada. Los franceses confiscaron los negativos de las fotografías que los soldados tomaron durante la tregua, donde se los veía posando amistosamente.

Gracias a testimonios y algunas cartas recuperadas esta historia no desapareció. En 2006 se estrenó la película “Joyeaux Noël”, que cuenta los sucesos que rodearon a la tregua.

Aprovecho este post para desear a Felices Fiestas a tod@s…

Fuente: Sentado frente al mundo

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Una respuesta a La tregua de Noche Buena (I Guerra Mundial)

  1. Los milagros existen…aun en los peores momento de la humanidad…esta fue la mano de dios

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