Hay dos razones por las que en una película se pueda reutilizar un objeto de atrezo: porque se quiere o porque no hay más remedio. A veces una película te gusta tanto que quieres usar o recrear una parte de ella para mostrar ese amor o, si tu presupuesto está por los suelos, sólo necesitas repintar algo del almacén de objetos de atrezo y usarlo como si fuera tuyo.
En todo caso, lo emblemático es lo emblemático, así que si prestas mucha atención podrás ver estos objetos únicos en películas en las que no esperarías que estuvieran. Empezamos:
10. Miho de Sin City es la miembro n.º 89 de los 88 Maníacos.
Resulta que Miho, la increíble ninja letal de Sin City, estaba usando espadas prestadas por la producción de Kill Bill. Probablemente es una de las curiosidades de películas menos sorprendente si tenemos en cuenta no sólo que Tarantino y Robert Rodríguez son amiguísimos, sino que también si se construyen más de 50 espadas samurái más vale que la inversión haya merecido la pena.
Es una pena que no le dieran una de las espadas de la Novia, porque así el mismo objeto habría cortado media cabeza a Lucy Liu y decapitado a Benicio del Toro.
9. Freddy Krueger se dejó un guante en el cobertizo de Terroríficamente muertos (Evil Dead II).
Aunque no haya confirmación por ninguna de las partes implicadas, me voy a atrever a asumir que la película que se rodó en el gimnasio de un instituto viejo realmente no consiguió el objeto de Pesadilla en Elm Street. Aun así la intención es lo que cuenta, ya que el director Sam Raimi continúa el juego de guiños que mantiene con Wes Craven, que sacó a Posesión infernal (The Evil Dead) en la primera película de Elm Street.
Si me lo preguntáis, ningún cobertizo está completo sin un guante con cuchillas colgando de algún sitio entre las herramientas. ¿Cómo esperáis si no atrapar y matar a un búho en el mismo movimiento?
8. Arnold por fin consigue usar la ametralladora de Blain en Terminator 2: El juicio final.
Cuenta la historia que después de que Jesse Ventura (el Capitán Libertad) se divirtiera con ella en el plató de Depredador, el Sr. Schwarzenegger estaba deseando probarla. Y también James Cameron. Así que usaron el mismo modelo porque, bueno… es genial. Es, literalmente, el arma menos práctica que existe. Es la limusina Hummer de las armas.
Hace un tiempo leí que las ametralladoras eran técnicamente legales en los EE. UU. por lo que sea que la ley sobre el control de armas diga. Me pregunto incrédulo: si eso es cierto, ¿por qué no estoy ahora mismo en EE. UU. triturando cosas en mi patio?
7. Las herramientas que hicieron al Joker también hicieron que Steve Martin diera miedo en La pequeña tienda de los horrores.
Exacto: las mismas herramientas de atrezo se han usado para hacer felices tanto a Jack Nicholson como a Bill Murray. La única diferencia es el nivel de brillo de los objetos de tortura, que también se usaron en Inseparables (Dead Ringers). Básicamente, cuando alguien necesita que el público se cague de miedo prometiendo tortura, le quitan el polvo al antiguo kit de terror y sacan a estas bellezas. Quien las hiciera por primera vez ahora se debe sentir muy bien (o muy horrorizado) consigo mismo.
Ahora la única pregunta es: ¿se acordaron de limpiarlas? Sé que la pregunta suena estúpida, pero cuando lo piensas… ¿qué pasaría si cada departamento de objetos de atrezo simplemente asumiera que los últimos las limpiaron después de usarlas? Pensadlo, con unas cizallas y un laboratorio de genética podríamos estar creando algunos “Nicholmurrays” en cuestión de segundos.
6. Jungla de cristal y La caza del Octubre Rojo comparten el mismo osito de peluche.
Está bien ver que el osito de peluche consigue por fin llegar a los brazos de un niño después de todo lo que ha pasado. Es la Cenicienta de los animales de peluche… así que supongo que sería algo tipo Toy Story. En serio, ¿os imagináis que ese oso de peluche fuera consciente como los juguetes de Toy Story? Sentándose en el asiento de atrás con Argyle escuchando a Run DMC y cosas así. ¿Y después de eso consiguió un primer plano en una película con Alec Baldwin y Sean Connery? Ese oso ha tenido una carrera cinematográfica mejor que la de Dwayne “The Rock” Johnson.
Y podéis tener por seguro que esto fue a propósito, porque si no os habéis dado cuenta todavía, Jungla de cristal y La caza del Octubre Rojo fueron dirigidas por el expresidiario John McTiernan. Ojalá hubiera seguido con el tema del oso y hubiera hecho al extraterrestre de Depredador peludo y marrón.
5. La cápsula de 2001: Una odisea del espacio consiguió llegar a una galaxia muy, muy lejana.
Correcto. De alguna manera, tras los eventos de 2001 y 2010 una cápsula EVA se las arregló para ir por el universo y aterrizar precisamente en el desguace de Watto en La amenaza fantasma. Lo suficiente como para que Stanley Kubrick se revuelva en su tumba si no se hubiera cansado ya con todo el tema de A.I. Inteligencia Artificial.
Mirad, está muy bien que George Lucas quisiera rendir tributo a una película que sin duda le inspiró con los años, ¿pero por qué en esta película? Es una promoción horrible, como si un asesino en serie hiciera cortes en la piel de una de sus víctimas poniendo «¡Hala Madrid!». Una cosa es meter a E.T. en tu película porque tuvieras que ver con ella, ¡pero deja a 2001 en paz!
4. Marion Crane aparece al lado de su coche 38 años después de Psicosis.
Escalofríos, tíos. ¡Escalofríos! Incluso en una película en la que el arco argumental de LL Cool J es investigar qué tipo de novelas eróticas puede escribir, ver esto es simplemente increíble. No sólo tenemos a Jamie Lee Curtis repitiendo su papel en una película de Halloween, sino que la tenemos haciéndolo enfrente de su madre Janet Leigh, otra reina del terror emblemática. Vale que no es la primera vez que madre e hija hacen juntas una película de terror (ahí tenemos el ejemplo de La niebla), pero es la primera vez que podemos ver a Janet Leigh meterse en el mismo coche que la llevó al Motel Bates hace todos esos años.
Es entonces cuando viene el escalofrío de verdad, ya que cuando camina hacia el coche podemos escuchar de nuevo, ligeramente, la misma música de la escena en la que lo conduce en Psicosis. Brutalmente increíble. Para no ser John Carpenter, creo que el director Steve Miner lo hizo muy bien en esta película.
3. El medidor PKE de los Cazafantasmas aparece en Están vivos.
Más vale que continuemos con el tema de John Carpenter. ¿Alguien más se dio cuenta de esto? Los malos usan estos walkie-talkies futuristas que claramente son los medidores PKE de Cazafantasmas repintados de negro. Es sólo otro bonito detalle en esta película genial. Lo mejor es que no puedes adivinar si lo hicieron a propósito o no, como con el resto de la película.
Por ejemplo, ¿qué sentido pensáis que tiene la pelea a puñetazo limpio de «ponte las gafas de sol» entre Nada y Frank? ¿Se paró alguien a preguntar si era ridículo? ¿O era ese el sentido? Están vivos es como ese tipo en una fiesta que no puedes saber si se está quedando contigo o está realmente tan loco como parece.
2. El jovencito Frankenstein simplemente reutilizó los objetos de la película original de 1931.
Vale que esto no fue necesidad del presupuesto, sino parte del plan. Mel Brooks quiso que su parodia del monstruo fuera tan fiel al antiguo Hollywood como fuera posible, motivo por el que rodó en blanco y negro y en localizaciones emblemáticas de otras películas antiguas, una de ellas la Frankenstein original del año 1931.
Para rendir aún más tributo a la original, Brooks se las arregló para que Ken Strickfaden, el encargado de los efectos eléctricos de la película original (y, por supuesto, de la famosa película posterior, Blackenstein), recuperara los objetos originales y partes del plató del laboratorio.
Siempre está bien ver cómo una película contribuye a su propia parodia, como cuando usaron el plató original de Saw y el plató del accidente de avión de La guerra de los mundos para las secuelas horribles de Scary Movie.
1. El Oldsmobile Delta 88 amarillo de 1973 de Sam Raimi.
Como muchos sabéis, en «Evil Dead» (Posesión Infernal), el coche que conduce Bruce Campbell es el vehículo del propio Sam Raimi. Un Oldsmobile Delta 88 amarillo, del año 1973, al que Raimi llama cariñosamente «El clásico» y que puede verse también en las dos secuelas de la sag, «Evil Dead II» (Terroríficamente muertos) y «Army of Darkness» (El ejercito de las tinieblas).
Para Raimi ya se ha convertido en tradición que «El clásico» tenga un cameo en todas sus películas. Convirtiéndose en una de las marcas de la casa del director de Michigan.
En «Darkman» puede verse cuando Liam Neeson esquiva el tráfico. al volante podemos ver a los hermanos Coen, amigos de Raimi, que a su vez han utilizado «El clásico» en algunas de sus películas como «Fargo» o «El gran Lebowski».
En «The Gift» (Premonición) es el coche del personaje principal, Annie Wilson.
En la trilogía de «Spider-man» es el coche del tío Ben.
Puede verse dos veces en «Crimewave» (Ola de crímenes, ola de risas), que curiosamente está escrita por los hermanos Coen.
En «A simple plan» (Un plan sencillo) todo el mundo en la ciudad tiene un Oldsmobile. Bueno, ¡todos menos Bill Paxton!
También aparece en «Drag me to Hell» (Arrástrame al Infierno) como el coche de la vieja bruja Sylvia Ganush.
Ahora, la gran pregunta es: ¿Habrá conseguido el bueno de Sam meter «El clásico» en su nueva película «Oz: The Great and Powerful»? ¡Esperamos que si!
Mientras tanto te retamos a ver si ¿eres capaz de reconocer a que películas pertenecen las fotos de arriba? Y para ponértelo facil te damos pistas en el vídeo bajo estas líneas…
La lista es enorme: originalmente era el coche de Ash en la saga Evil Dead, pero también puede verse en Crimewave (Ola de crímenes… ola de risas), Darkman, Un plan sencillo, Premonición, Arrástrame al infierno, y por supuesto en las películas de Spider-Man como el coche del tío Ben. Se ha visto mucho a esta belleza. Apareció incluso en la película del Oeste Rápida y mortal. En esa ocasión lo sacó como una carreta cubierta para no confundir a la gente, ya sabéis.
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